La
comunicación corporativa, será clave para el éxito de tus negocios
Comunicación corporativa y negocios son dos conceptos
íntimamente relacionados. El segundo no puede entenderse sin el primero, pues
cualquier escenario de negociación requiere de un conjunto de mensajes
alineados, coordinados y orientados a un mismo fin, que en este caso es la
consecución de acuerdos específicos.
A su vez, la comunicación debe adaptarse a los diferentes
contextos en los que tienen lugar los intercambios, las transacciones y las
operaciones comerciales.
Cada situación es distinta en sí misma y necesita recursos
propios. La alineación de recursos recibe el nombre de estrategia de
comunicación corporativa, que, si bien es de carácter estructural, también puede
adaptarse a ciertas situaciones.
La estrategia debe contar con dos
tipos de recursos:
1. Recursos específicos:
Son
aquellos que están determinados por la situación. Una negociación local necesita
recursos distintos a los de otra de tipo internacional. Dichos recursos suelen
incluirse en la planificación de cada negociación.
2. Recursos estratégicos:
Por
el contrario, los recursos estratégicos son los que hacen parte de la misión y
la visión de cada empresa. Es decir, aquellos que se mantienen en el tiempo y
en las situaciones y se convierten en elementos de identidad de las
organizaciones durante los procesos de negociación.
¿Cómo influye la
comunicación en mis negocios?
La
negociación es incompatible con la improvisación. A una mesa de negocios no
sólo se debe llegar con la mejor disposición y una actitud de apertura y
flexibilidad. También hace falta una hoja de ruta, es decir, lo que corresponde
a la estrategia de comunicación corporativa diseñada para esa ocasión en
concreto.
Tener
claro lo que vamos a decir, cuándo, en qué tono y para qué es algo que merece
un análisis previo a la negociación. Si bien es imposible tenerlo todo bajo
control, sí que podemos prever ciertos escenarios o situaciones que puedan
surgir durante un proceso de este tipo. Esto nos evitará sorpresas
Pero
además de este carácter previsor, un plan de comunicación corporativa cumple
otras funciones a la hora de efectuar negocios. Veamos las principales:
Garantiza la vigencia de valores corporativos: No se
trata de negociar por negociar. Cada acuerdo suscrito debe responder a unos
valores corporativos y a una filosofía empresarial definida de antemano.
Mejora la planificación: En el primer caso, las empresas
tienen mayor probabilidad de influir en el proceso y hacer valer sus posturas.
En el segundo, en cambio, las circunstancias se imponen y los equipos
negociadores se limitan a adaptarse. A mayor planificación, mayor control del
proceso.
La
publicidad, otra forma de hacer negocios
Los
negocios empiezan mucho antes de sentarse a una mesa a suscribir acuerdos
comerciales. Captar clientes, intermediarios o simplemente generar interés en
un público específico son procesos que se inician con la puesta en marcha de
estrategias de marketing.
Y
en ese terreno, la publicidad juega un rol determinante, sobre todo porque
depende de la manera en que cada empresa concibe la comunicación corporativa.
1. Aumenta la notoriedad
de la marca.
Una
empresa puede tener el mejor producto del mercado, pero de nada le sirve si no
cuenta con estrategias publicitarias alineadas a un plan de comunicación.
Cuando existe dicha alineación, tanto el producto como la empresa aumentan
considerablemente su reconocimiento en el mercado y ganan en verosimilitud,
confianza y credibilidad. Por el contrario, una marca que no se hace notar
tiene escasas posibilidades de posicionarse y alcanzar beneficios.
1.
Facilita la asociación de los
productos a ciertos valores.
Además,
cuando la publicidad responde a las directrices de un plan corporativo, los
productos se asocian más fácilmente a los valores que la empresa encarna. Es
decir, el producto es una extensión de la filosofía corporativa. Un error que
no puede permitirse ninguna compañía es identificarse con una serie de valores
y divulgar valores opuestos a través de sus productos. Los clientes notarán la
incongruencia y optarán por recurrir a otras marcas. Recordemos que todos los
productos representan en sí mismos un valor o idea.
3. Diferencia la marca de
la competencia.
Si
se trata de negocios, qué mejor que marcar la diferencia. La publicidad que
está alineada a un plan de comunicación transmite solidez, sentido de unidad y
permite que clientes reales y potenciales, inversores o terceros agentes miren
con más interés a las marcas. Es decir, una empresa alineada tiene más opciones
de generar nuevos contactos y negocios.